La alimentación vegetariana es la más apropiada para esta enfermedad, común en los hombres de más de cincuenta años, pues lo contraindicado son las carnes rojas y cualquier alimento que contenga grasas saturadas, incluyendo los lácteos, pues además de las grasas, también aportan mucho calcio, que está contraindicado en el cáncer prostático, pues inhibe a la vitamina D.
Entre los vegetales, los preferidos deben los de hojas verdes, cuanto más oscuras, mejor (espinacas, brócoli, coles, coliflor) por su alto contenido de vitamina E, que se ha comprobado que inhibe el tumor. Un lugar destacado en la prevención y tratamiento de esta enfermedad lo ocupan los tomates, especialmente si está concentrado, como en el ketchup, pues contienen gran cantidad de licopenos, que funcionan como combativos de este tipo de cáncer. Otro producto natural que posee licopenos es la rosa mosqueta. Además, puede considerarse indispensable la soja, que actúa como inhibidora de las hormonas masculinas, responsables de este padecimiento.
Se puede complementar la dieta, con calabaza, rica en carotenos con frutos secos, legumbres y frutas, especialmente cítricos y peras, aguacates, uvas e higos que aportan zinc, con sus consecuentes beneficios. Para los vegetarianos que consumen huevos, éste está permitido, y es beneficioso por tener zinc.
Con respecto a los aceites preferir el de oliva y descartar el de lino. Beber mucho líquido, fundamentalmente, agua y té verde. Esta dieta debe complementarse con una vida saludable: ejercicios moderados, dormir lo suficiente; evitando el stress, el cigarrillo y el alcohol.
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